Estas en un campo llano, bonitas llanuras de horizonte eterno… clima suave, rodeado de calidez con los tuyos. En frente se puede divisar toda una marabunta descendiendo por el valle, multitud dispuesta a terminar con lo que quieres… pensativo, miras hacia el suelo que pisas, respiras hondo porque sabes lo que estás a punto de hacer, alzas la mirada y das cinco pasos adelante... lo cierto es que aún no percibes que tienes, pero algo es, porque la certeza de que nadie dañará lo que queda atrás sin dañarte a ti primero es cada vez más evidente. El sol se esconde diciendo adiós al este, y de repente, sientes algo en tu espalda…
¿Quiénes no hemos sufrido la traición más dulce que existe? La traición de un amigo, de tu gente, claro… es tan dulce porque mientras se lleva a cabo tu eres feliz, confías en esa persona, estas tranquilo, con guardia baja y te sientes bien, sabes que no te fallara. Pero, ¿Que incita a la gente a traicionar? ¿Es el morbo? ¿Es el no tener algo mejor que hacer? ¿Es porque en algún momento no les has podido prestar toda la atención que necesitan? ¿Es solo despecho? ¿O simplemente maldad?
Dulce traición:
Un siervo del arte, enterrado sin amor,
Por las cosas pasadas, futuras heladas
Que siguen por sus venas corriendo, convergiendo todo en fin,
Como las palabras unas vienen, otras van,
van
Deshaciéndose en el viento,
van,
Como si a él nada le importara…
siervos de nada, en la tierra del amor
con la misma historia, de futuro incierto
que van viviendo,
Van,
Deshaciéndose en el viento,
van,
Como si su alma se esfumara..
Esto! Ya no se aguanta más!
esta función debe de terminar!
todo hipocresía y contrariedad
señores bienvenidos a la amistad
iaaaa, iaaaa
donde nada tiene un final, donde la verdad
parece escrita sobre el cuento de nunca jamás,
dulce traición, tan solo viento para esta ambición,
momento, en que lamento, haberte conocido,
tan solo hablan, no lloran, ríen, cantan, caras, nada,
Como las palabras unas vienen, otras van,
Van,
Deshaciéndose en el viento,
van,
Como si de espinas se tratara…
Y ver como se arruina, este paisaje en la rutina,
De contemplar una y otra vez espejos disonantes en un papel,
que triste y llanamente embebe, y embebe y embebeeeennn,
Esto! Ya no se aguanta mas!
esta función debe de terminar!
todo hipocresía y contrariedad
señores bienvenidos a la amistad
iaaaa iaaaa
donde nada tiene un final, donde la verdad
parece escrita sobre el cuento de nunca jamás,
dulce traición, tan solo viento para esta ambición
momento, en que lamento, haberte conocido
sin sin, con sin, sin con, sin mí,
sin mí, por ti, sin más, sin fin,
sinceridad es todo lo que podrías dar
Pero es igual…
Pues no hay palabra alguna que me pueda convencer
Ríos negros, de falsa confianza
Ahogan con sus aguas tus lamentos
Tus lamentos, tus lamentos
Tus lamentos, tus lamentos
En el momento en que partí, ya había dicho lo que tenía que decir,
En el momento en que surgí, ya me había olvidado de ti..
Un trueno explica las leves gotas que caen sobre tu frente, un relámpago descubre sutilmente que el brazo que empuña el cuchillo en tu espalda pertenece a tu honroso amigo, compañero de espada, tan frío y efímero como el instante que dura la destellante luz…
Aún estás atónito, bajas los brazos y caes en tus rodillas al césped húmedo concibiendo lo que es, e imaginando lo que pudo haber sido, y mientras tanto, la justicia a la que tanto persigues y anhelas, anda escondida en el bosque, entre los matorrales…
Porque en estas llanuras no existe dicha ’amiga’, ni sus nubes te sugieren ideales, en estas llanuras… no hay nada.
Y de repente, arrodillado en aquel instante a escondidas del sol, de la luz, en plena oscuridad, el aire suspendido por la lluvia te susurra: “quien te acuchilló mientras tú no podías ver… si no sabes quién es, es porque o no quisiste ver o no quisiste saber”.
Un parpadeo… otro… despiertas, ya es de día y ni siquiera sudas, ni siquiera sientes, ni siquiera temes... miras por la ventana y puedes apreciar que eres diferente, ahora ves sombras en la luz del sol….
Y llegados a este punto en el que nada te ata, pues ningún aporte personal, sentimental o musical ha sido de ti, la objetividad prevalece… y descubres en un pésimo balance que has recibido tan sólo palabras, unas en forma de insultos, otras amenazantes y las menos valoradas en promesas rotas. Lo que creaste nunca fue respetado quedando en usos banales y fines egocéntricos. Dueños de la cara a la galería, ganadores del título por derecho propio, otorgado por la plebe que entretiene al pueblo a la tan majestuosa realeza… pues tanta tristeza… partes de ti no fueron forjadas para satisfacer el complejo de superioridad de otros y su necesidad a ser nombrados, pero sí para un momento de dolor y de esperanza que ayudaría a cualquier buen alma perdida. Malgastas pedazos tuyos y te aportas conocimiento, concluyendo que nunca fueron de ti, mucho menos tú de ellos.
-Hasta la tristeza puede ser útil -